Hoy os copio un enlace de un articulo de un buen aficionado del cual comparto sus pensamientos. El tema es a nivel nacional en el toreo, pero intentar pasarlo a nivel local en San Agustín ¡¡Sorpresa coincide!!
Por José María Moreno Bermejo
Cinco
toreros mandones, han decidido no contratarse con la empresa Pagés, responsable
de la Maestranza de Sevilla. Esa es la noticia que destacan esta tarde los
portales taurinos. Algunos pensarán que éste será un duro golpe para los
aficionados a la Fiesta de Toros, y que por ello habrá de conseguirse un
acuerdo que anule esa decisión. Otros, como yo, tenemos una opinión diferente,
y pensamos que la negativa del repoquer mandón, Juli, Morante, Talavante,
Perera y Manzanares, puede suponer una magnífica ocasión para que la Afición,
con mayúscula, demande a la empresa de la Maestranza sevillana una feria de
abril con TOROS todas las tardes.
A
mi manera de ver, la descomposición a la que se está sometiendo a la Fiesta de
Toros, se debe fundamentalmente a que ésta está controlada por unos pocos
egoístas que hacen y deshacen a su antojo; a su interés. Este grupo que
conforman el denominado “taurineo”, dominan la voluntad de los toreros; mandan
en los empresarios que no son de su recua; obligan a los ganaderos a criar
ganado feble y suave, descastado; pagan los precios que desean por ese
ganadito, cuando pagan; manipulan los carteles para que en ellos no exista
competencia alguna con sus toreros; deshonran una Fiesta a la que llaman cultura,
con minúscula, debilitándola, con lo que, según decía André Malraux, la
matarán: “Una cultura solamente muere por su propia debilidad”. Procuran
liberar de cualquier riesgo a sus toreros, por remoto que sea. En fin, hacen
que la épica del rito mágico de Unamuno se diluya, se esconda hasta
desaparecer.
El Juli, "en la rectitud de la embestida de la
res"
Pérez
de Ayala contesta a Miguel Fernández en una entrevista realizada en 1967: “Los
toros son un arte y un drama. Ahora son menos drama, menos peligrosos. El menor
riesgo ha restado calidad a la Fiesta, indudablemente; no se puede admitir el
toreo sin peligro”. Y repite en “Política y toros”: "Si se aboliese la
certidumbre de que el torero puede ser herido, la Fiesta se convertiría en un simulacro
para ejecutarlo en un tablado de baile flamenco”. Cossío contesta a Norberto
Carrasco en la revista “El Ruedo”, nº. 1390, del 9/II/71: “Es peligroso para la
fiesta quitarle peligrosidad y riesgo, por que la Corrida, aparte del arte,
supone el dominio del toro. Si no hay nada que dominar, no hay tampoco corrida
de toros. Por lo tanto, todo lo que sea quitar defensas al toro es un fraude
para el espectador”. Ortega y Gasset, en las páginas 155 y 156 de su obra,
“Velázquez”, dice: “Toda evolución humana muere en el estilismo… El arte
taurino, irremisiblemente, está en la agonía porque desde hace un cuarto de
siglo entró en la zona etérea, remilgada y aniquiladora del estilismo”. La
fiesta sólo sucumbirá por la negligencia e inoperancia de los propios taurinos.
Quizás
sea éste el momento en que debemos animar a los empresarios valientes para que
nos ofrezcan una Corrida de VALIENTES toreros. Que se intente devolver al
aficionado la emoción de una lidia completa; íntegra en sus 3 tercios; con
toros encastados, íntegros en su morfología y en su psiquis, con poder; toros
que exijan muchos conocimientos al torero; fuerza y arte al picador; habilidad
y torería a los banderilleros; esa que determinó en “Las Ventas” el pasado 1º
de junio que el público emocionado pidiera la vuelta al ruedo a la cuadrilla de
Javier Castaño tras la lidia del 5º toro de Cuadri. Recuérdese que en la pasada
Feria de Otoño madrileña, el festejo con mayor número de espectadores fue el de
la corrida de Adolfo Martín, es decir una corrida encastada; en ese tipo de
corrida está puesta la ilusión de muchos aficionados. Y si conseguimos que en
las ferias importantes se dedique mayor representación de ganado encastado
lidiados por toreros valientes que compitan entre sí y nos den la emoción que
requiere nuestra Fiesta, habremos logrado varias cosas importantes:
1ª.-
Quitar el protagonismo a los del “taurineo”.
2ª.-
Hacer justicia con los toreros valientes, que falta hace.
3ª.-
Devolver la integridad que produce la emoción en la Corrida.
4ª.-
Concienciar a los toreros de “arriba” de que la tauromaquia es mucho más
importante que ellos.
5ª.-
Ayudar a los ganaderos a que críen toros encastados y poderosos.
6ª.- Lograr que muchos de los aficionados que han huido de las plazas por
falta de sentido de la mayoría de los festejos actuales, regresen a
ellas.
7ª.- Abaratar el precio de las entradas, absolutamente disparatados por la
incidencia de los emolumentos de los toreros de “arriba”…
Hay más razones,
muchas, pero no debemos hacer demasiado largo nuestro discurso.
Urdiales en Bilbao frente a un toro (Foto
cedida por A. Martínez)
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Es pues ésta una
buena ocasión para que los aficionados podamos divulgar este mensaje a todos
los foros de opinión que podamos, y así lograr que algunas conciencias
recapaciten sobre el desastre al que las acciones malévolas de unos cuantos
mercachifles del “taurineo” han llevado a nuestra Fiesta. A ver si la empresa
Pagés es capaz de formalizar una Feria de Abril con toros – toros: Cuadri,
Miura, Victorino, Adolfo, Escolar, Flor de Jara, La Quinta, Peñajara, Palha,
etc.; y encartelar a toreros con saber, afición y valor, que compitan entre sí
y muestren sus credenciales: Ferrera, Castaño, Alberto Aguilar, Padilla, Fandi,
Fandiño, Luque, Jiménez Fortes, El Cid, David Mora, M. Escribano, J. Adame,
Morenito de Aranda, Galván, Rafaelillo, Juan del Álamo, Robleño, Nazaré, Pérez
Mota. Curro Díaz, D. Urdiales, Gallo… Estoy convencido que con esos mimbres se
lograría encandilar a los públicos en un corto periodo; quizás sea difícil el
comienzo, pero cuando se vuelva a hablar de la emoción de la corrida, los
públicos se olvidarán de los couches y de los toreros “artistas” que danzan con
toros “artistas”, y volverán a las plazas a ver Toros.
Y si alguno de
los “revelados” quieren formar parte de la Corrida de siempre, la de toros
íntegros, con poder y encastados, que entre en el juego, que condiciones no les
faltan a la mayoría de ellos. Que justifiquen sus saberes con toros y con
compañeros que achuchan y que, si toreasen tantos toros como ellos, de la misma
calaña que los de ellos, seguro estoy que serían tan “diestros” como ellos, o
más.
¡Dejadme
mantener la ilusión de volver a emocionarme en la Corrida! ¡Los aficionados podemos
conseguirlo! Ésta es una buena ocasión para empezar.